sábado, 2 de enero de 2010

Obsesión.

Vivo obsesioanado. La amargura me come por dentro y no puedo respirar sin que me venga a todas horas ese recuerdo, esa idea, ese pensamiento... La obsesión me acompaña a cada paso, a cada lugar, en cada momento. Nada la mata, nada la hace desaparecer y la obsesión... la obsesión sigue creciendo. El resto no importa, el pasado no existe, el futuro no llega, ¿y la obsesión?, ahí sigue, comiéndome por dentro, deborando todo lo que encuentra a su paso, incluso mi tiempo.

¿Por qué estoy obsesionado? ¿Qué me quita el sueño? ¿Qué me absorve la vida? La obsesión de descubrirlo me quema todos los días, incluso más que la obsesión de no saberlo.

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